por Pipo Fisherman 14-09-23
Corren días de inicio de una nueva campaña, esta vez casi una final. Unos vociferando por la desaparición del Estado, otros secándole sus últimos fondos al Estado para montar el show de la dádiva electoral, y con ganas de apostar por cuánto fallarán las encuestas esta vez. Mientras, el panorama local muestra heridas poco disimuladas, cambios de discurso ( o torpes desplazamientos a los extremos), y una tensa calma. Analicemos un poco el panorama general y local de cada espacio.
El peronismo se debate por estos días entre los lapidarios números de inflación, las medidas electoralistas de reparto indiscriminado de dinero, y la ausencia e incómodo silencio de quien lidera ese espacio (hablamos, claro, de la Vice-Presidente). Oir al Ministro-Candidato (recuerdan cuando él mismo decía que eso era Absolutamente incompatible?), tratando de explicar de forma racional un 12.4% de inflación mensual, con una canasta básica para una familia tipo llegando a los 320.000 pesos, con personas incorporándose mes a mes al grupo por debajo de la línea de pobreza aún teniendo un empleo en blanco, es casi un espectáculo grotesco. Apuestan a polarizar con la extrema derecha, sacando a relucir su costado más cínicamente populista, creyendo que no sabemos que el candidato se formó en la antigua UCeDe, y por lo tanto, más que polarizar, lo que evidencia es que la palabra mágica es: pactar.
Localmente, aún es imposible saber si el espacio ganador de la interna contará con el apoyo de los dos perdedores. Ni el frío comunicado, publicado al unísono por parte de esos dos espacios, garantiza una férrea y única columna de militantes oficialistas dispuestos a defender sus propuestas (no sabemos si sus acciones pasadas y actuales también). Mientras el ahora candidato apuesta a que el votante sabrá apreciar sus gestiones en lo local, aunque aparezca en todas las fotos con funcionarios oficialistas, hay dirigentes que, habiendo probado una amarga e inesperada derrota, bien podrían poner "en vidriera" sus escasas adhesiones, como ya algunos han sabido hacerlo en otras oportunidades. Abundan en el espacio las miradas desconfiadas.
Tal cual lo dice la imágen, parece que un león amenaza la Rosada. Imposible analizar al ganador de las PASO, sin perder de vista que se autodefine con orgullo como un Anarco-Capitalista. Veamos la definición formal: Es una corriente política y económica que propone la eliminación del Estado como agente económico. Defiende la abolición del Estado y la libre competencia en todos los ámbitos, incluyendo la economía. Según esta corriente, todas las relaciones económicas y sociales deben ser voluntarias y basadas en la propiedad privada y el libre mercado.
Hasta ahí la fría letra de una definición acerca de una postura que tiene que ver más con la macro-economía que con un rumbo claro en lo político. Más aún si el candidato habla de lo sencillo que es dolarizar en este país, y es desmentido por varios de sus asesores y mentores en materia económica. Más aún si cuenta en su fórmula con una candidata a Vice Presidente abiertamente negacionista, reivindicando a la Dictadura, y de muy estrechas relaciones con el fallecido Dictador Videla. Más aún si creen en la libre portación de armas, y la compra-venta de órganos humanos. Más aún si promete dinamitar una institución que existe en casi 200 países (funcionando bien), como es el Banco Central. Más aún si amenaza con cancelar la coparticipación a las provincias o cerrar el Conicet.
Se podría continuar por varias páginas reproduciendo los desaguisados del candidato, pero basta con destacar que seguramente asesorado por su campaña, inició un mediático romance para que su confuso y errático discurso no siga auyentando adeptos (aunque algunas encuestas digan lo contrario).
A nivel local, poco ha cambiado. Su candidato ha decidido seguir jugando al misterio, y, tal vez pensando en conservar la base de votos obtenida (menos de la mitad que a nivel nacional), no cuenta ni explica qué planes tiene para la ciudad, de ser elegido. Teniendo en cuenta los preceptos de su candidato a Presidente, de hablar, debería explicar cuáles son sus planes para achicar el Estado Municipal, que haría con la asistencia social, con los empleados municipales, con la obra pública. En fin, teniendo en cuenta su nula experiencia, tal vez es mejor que mantenga el silencio.